miércoles, 20 de enero de 2021

LEYENDA 44 LA EXTRAÑA NUBE DE PARLA

Esta leyenda ha salido a la luz en 2019. Sucedió en 1972, y su protagonista ha decidido contar que pasó después de tantos años, porque necesitaba exteriorizar y tener tranquila su mente y su consciencia. Les voy a hablar de una autentica leyenda reciente, acicate de este libro que recoge las milenarias, las centenarias y las sucedidas varias décadas atrás. Como dije al principio, sucede en la primavera de 1972, hace ya 48 años. Magdalena Maristegui y su marido, dormían tranquilos tras haber acostado a sus hijas, un día cualquiera. Una pareja joven, trabajadora, del pueblo Madrileño de Parla, que como muchas y tantas familias emprenden una vida en común. En mitad de su sueño, comienzan a sentir una presión muy fuerte en la cabeza, que provoca su desvelo, son despertados por algo extraño e inquietante. Se levantaron automáticamente y delante de ellos se postra una nube enorme, blanca. Quedan anonadados, hipnotizados, son presa de su presencia y su volumen. Tras unos segundos de incertidumbre, se levantan y siguen esa nube sin motivo aparente que les impulse a ello. Esa esfera desigual, se estrecha y sale por la puerta de la habitación de matrimonio, continua su camino por el pasillo de la casa y se queda quieta en el salón. Nuestra pareja protagonista, no puede hacer otra cosa más que seguirla, de manera involuntaria, solo hay un destino y un cometido, seguir a esa nube. La forma, sigue su camino hasta la terraza, atraviesa el cristal sin hacer ruido, sin abrir la ventana, sin dejar rastro tras de sí. Se quedó parada entre dos olivos, en mitad del descampado que quedaba frente a los edificios de viviendas, comenzó a expandirse hasta obtener forma de platillo, y se mantuvo unos minutos hasta acercarse a una ermita cercana para finalmente, desaparecer. Transcurridos unos minutos y con aturdimiento aún, el matrimonio se abrazó sin saber que había pasado, porque estaban tan hipnotizados, y porque nunca más han vuelto a ver esa nube que tanto les atrajo y que les obligo a seguir hasta su desaparición. Magdalena confirma que esa aparición fue muy similar a las que en otras ocasiones se avistan por carreteras desiertas en mitad de la noche.