miércoles, 18 de septiembre de 2024

LEYENDA 65 FANTASMAS EN EL EDIFICIO TELEFÓNICA

FANTASMAS EN EL EDIFICIO TELEFONICA

Para crear la Gran Vía de Madrid hizo falta tirar cerca de 300 casas, expropiar 40 solares y quitar de la circulación 14 calles. En la primera parte de esta Gran Vía proyectada con suma ambición, nos encontramos con el edificio Telefónica. Le llamaron durante muchos años el rascacielos de Fuencarral y fue creado y construido por Ignacio de Cárdenas. Durante muchos años fue el rascacielos más grande de Europa y el primero de la ciudad de Madrid.  Don Ignacio no sólo era arquitecto, si no también poeta, les recomiendo que lean su poema “Viento del Sur”, que escribió en el exilio como republicano. Fue enviado a Nueva York para familiarizarse con las estructuras y formas de las construcciones autóctonas del lugar. El edificio Telefónica se comenzó a construir en 1926 y en tres años quedo acabado. Con la llegada de la guerra civil Española, se convirtió en pieza clave por ser un edificio donde se gestionaban las comunicaciones y por ser bombardeado desde la casa de campo. Ignacio de Cárdenas a este edificio le llamaba su niña mayor. Pero, ¿qué dos personajes sobresalen por su presencia dentro de este lugar? Aunque Cárdenas volvió a Madrid durante una temporada tras su exilio en el sur de Francia, en esta construcción, destacan dos personajes que aún hoy día perduran en la historia de la edificación y que aún dicen, se les ve merodear por la estancia. Nos referimos en primer lugar al fantasma del niño Goyito que como decía, todavía se aparece sólo en la planta 9 y la planta 13. Dicen que era un niño de unos 9 o 10 años, y que va ataviado con los ropajes de la época. En las apariciones, en algunas ocasiones se le ve acompañado por otro fantasma, el de Ana Cubillo, empleada de telefónica de origen Bilbaíno, que decidió acabar con su vida cayendo al vacío de la Gran Vía en 1934. Estos dos fantasmas entre sí, no guardan relación alguna, pero, hoy día dicen ser vistos caminando por estas plantas juntos y de la mano al caer la tarde y durante la noche Madrileña.