lunes, 31 de diciembre de 2018
LEYENDA 28 LA MUJER ENTERRADA VIVA
Todo
comienza en la Iglesia de Santo domingo de Guzmán. En 1212 dos frailes lo
fundan y crean siendo este uno de los más antiguos de la villa y corte. Es un
lugar hoy céntrico, entonces, cercano a la corte y por este motivo, Juan de
Castilla, Catalina de Lancaster o Constanza de Castilla fueron algunos de sus
benefactores. Pedro I el cruel recibe sepultura allí mismo. Este convento, no
obstante alberga muchísimas leyendas de personajes singulares. Una de ellas se
refiere al mismísimo Santo Domingo, en un momento de sequía. El santo, creo un
pozo de la nada cuando más se necesitaba. Sus aguas resultaron beneficiosas
para la salud y grupos innumerables de personas comenzaron a peregrinar. Pero,
una de las leyendas que me llamo poderosamente la atención fue la que
corresponde a la mujer que fue enterrada viva. Juan de Castilla, antes
mencionado, era como digo, caballero de la villa y corte vecino cercano al
convento. Este vecino, se casó con una mujer que padecía una enfermedad crónica
que él sabía cómo tratar. Le proporcionaba con amor y cariño los cuidados
pertinentes. Doña María de Cárdenas – ese era su nombre- queda en manos de las
monjas del convento de Santo Domingo, pues Juan de Castilla se tiene que
ausentar durante unos meses. El marido preocupado, deja a las monjas las
instrucciones pertinentes para que su mujer se encuentre bien cuidada en su
ausencia. Doña María durante este tiempo sufre continuos desmayos y debe
guardar cama y silencio. En uno de los desmayos, cayo súbitamente sin recuperar
el conocimiento. Pasaron varios días y la mujer de Juan de Castilla no
recobraba el conocimiento. Los médicos la dieron por muerta y procedieron a las
instrucciones de su marido, que fuera colocada en la bóveda de la capilla del
convento. Al pasar varios días mientras las monjas rezaban comenzaron a
escuchar gritos y golpes sobre ellas. Lo acusaron al demonio y sus andanzas,
pero sin remisión las voces cesaron. Al regreso de su viaje, conocedor del
fallecimiento de su mujer, pide verla y destapar la sala abovedada donde se
encontraba su cuerpo. Su sorpresa y la de los allí presentes fue mayúscula
cuando vieron a Doña María de rodillas, descubierta, con magulladuras de los
golpes dados a la puerta de su propio entierro. Nuestra mujer enterrada viva,
sufría ataques de catalepsia. La siguiente muerte que dejo sin aliento a la
sociedad madrileña fue la del propio Juan de Castilla que no pudo superar la
pérdida de su mujer. Una historia escalofriante con final muy triste.
domingo, 2 de diciembre de 2018
LEYENDA 27 LA NIÑA DEL HOSPITAL DE LA CRUZ ROJA
Comenzamos la publicación de una serie de artículos
dedicada a leyendas sucedidas en hospitales, que iremos intercalando con otras
historias. Comienzo hablando del hospital de la Cruz Roja de Madrid. Este
lugar, nace con el legado de Dña. Adela Balboa y Gómez. Primero fue creada en
1890 una Fundación que llevó su nombre. Esta noble de la época falleció sin
ascendientes ni descendientes a los 48 años de edad y su voluntad fue la
construcción de una casa de salud para las enfermedades contagiosas. Como
albacea testamentario de su herencia quedó Don Eduardo Del Castillo Piñeiro,
bajo su supervisión comenzó la edificación del hospital en 1893 y fue dirigida
por el arquitecto José Marañón. Las obras se concluyeron en 1908 edificándose
en el número 24 de actual Avenida. Este hospital se denominó “Casa de Salud San José y Santa Adela” en honor a su
benefactora, pero no pudo comenzar sus actividades por falta de fondos hasta 5
años más tarde. Tras la primera concesión de la Reina Victoria, que crea un
patronato para su actividad, desde 1913 funciona como lo que es hoy, el
hospital de la Cruz Roja. Por el pasan los criados y criadas de alta alcurnia,
soldados de la guerra de Marruecos, y entre 1924 y 1974 se va ampliando en pabellones
y nuevos edificios. Tras varios convenios con la sanidad pública madrileña, en
1991 gran parte de su personal pasa a formar parte del hospital de Getafe.
Desde 2002 y hasta nuestros días su función sigue siendo hospitalaria y aún en
2018 se siguen realizando obras de adecuación y modernización. Es precisamente
en una de sus remodelaciones, cuando surge la leyenda de su fantasma infante.
Si, según relatan algunos médicos y enfermeras, una niña de unos 8 años, rubia
y vestida con un camisón del hospital, un domingo, a primera hora es
descubierta subida en una silla y asomada a la ventana de una de las
habitaciones, saludando a los viandantes. La pareja que contempla este hecho,
alerta a los servicios sanitarios del hospital que corren para que la niña no
se caiga por la ventana. Cuál es la sorpresa de los enfermeros que llegando a la
estancia, descubren que estaba desocupada de pacientes por las obras, encontrando la silla vacía y
la ventana abierta, pero sin hallar ningún rastro de la pequeña, que gentilmente
saludaba aquella mañana de domingo.
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