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Madrid Histórico el último de los tres artículos dedicados a leyendas de
hospitales en activo. Quien le iba a decir a Don Santiago Ramón Y Cajal,
ilustre premio nobel de histología y anatomía patológica, que en un hospital
con su nombre, se iban a producir fenómenos paranormales. Construido en Madrid
entre 1974 y 1976, se inaugura en 1977 pasando a ser a nivel nacional y europeo
centro de
Referencia en patologías complejas, 28 grupos de investigación y una actividad
anual de 150.000 urgencias de media, un millón de consultas y más de 30.000
cirugías. 14 acreditaciones lo avalan en 2018. Entre todo este barullo de
datos, existen historias paralelas. Todas ellas, relacionadas con fenómenos
paranormales, la mayoría, relatados por personal sanitario y de seguridad. Zona
de Oncología, mortuorios, habitaciones destinadas a despachos por
desconcertante actividad ilógica… Hay una habitación “maldita”, cuyo número y
planta no desvelaremos donde ocurren fenómenos extraños. En ocasiones suena el
timbre de asistencia y cuando el personal sanitario acude, no hay nadie.
También se habla de carros de medicación que se mueven solos. Una enfermera
jubilada que prestó servicio en el centro desde sus inicios, comentaba que veía
pacientes fallecidos, si, seguía viéndolos, añadía que resignada no le quedaba más
remedio que saludarles. En una ocasión, comenta una doctora, que tras fallecer
un paciente, se oyeron golpes en la puerta del baño de la habitación, abrió la
puerta pero no había nadie. Determinadas enfermeras comentan que tras un
fallecimiento la habitación tiene un brillo especial que dura apenas unos
minutos. El ajetreo diario de los grandes hospitales, las idas y venidas de
pacientes de todo tipo, y las salas de urgencias repletas de personal
sanitario, no interrumpe al silencio parcial que reina durante la noche. En la
zona mortuoria, una de las más vigiladas, también suceden cosas. Lo relata uno
de los vigilantes de seguridad que custodia los cadáveres. Dice haber
escuchados gritos en las zonas de refrigeración, y que una de sus puertas, en
época estival, se abre y cierra constantemente para estupor de los allí presentes.
Realidad o ficción el Centro Ramón y Cajal de Madrid, tiene su leyenda, y está
aún muy viva.
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