En un
número anterior de MH, hable de los pasadizos del metro de Madrid, y explique
lo que sucedía en la parte central de la ciudad, la arteria Plaza de la
Independencia, Cibeles, y sus conexiones con la Glorieta de Bilbao, en esta
ocasión completo con más información el resto de lugares de la capital, que
guardan leyendas y acontecimientos interesantes. Comienzo haciéndolo del
palacio Real que aun dicen que mantiene sus pasadizos construidos durante el
siglo XI. Bajo los Jardines de Sabatini, aún se conservan dos túneles que
conectan el convento de la encarnación.
Los llamados “viajes del agua”, se refieren a las canalizaciones subterráneas
de la zona de la cava baja, Don Pedro y la Plaza de la paja, que en sus sótanos
tiene puerta de entrada. Entre el Teatro Español, y la Plaza de Santa Ana,
existen túneles que conectan además, otros monasterios con el barrio de las
letras. Algunos de ellos fueron tapiados en los años 70 del pasado siglo. El
monasterio de Santa Ana fue derruido por una orden de José Bonaparte. Todo
el centro histórico de Madrid, con vértices en la Puerta del Sol, Puerta
Cerrada, Palacio Real y las Descalzas Reales, está comunicado por el subsuelo.
Todos los funcionarios municipales que han trabajado en la Plaza de la Villa
saben , por ejemplo, que los edificios del Ayuntamiento entre Sacramento,
Cañete y Mayor, sin ir más lejos, están conectados bajo tierra, y con
ramales totalmente tapiados que no se saben muy bien, pero se presuponen, a
dónde conducen. En tiempos de Felipe V, además del Palacio Real, se construyó
los cuarteles del Conde Duque, que alojó a la Guardia de Corps. Lo que se
comenta sin estar completamente contrastado es que estos lugares están
conectados. Su espacio dicen, que tiene capacidad para el paso de carruajes.
Otra leyenda dice que en un principio se quiso conectar con un megatunel la
estación de Atocha y el Palacio Real. Es un documento que recoge este plan el
17 de Diciembre de 1938. Finalizo hablando de Luis candelas. Este bandolero
tenía especial habilidad para escabullirse tras sus fechorías, ayudado, por
supuesto, por generosos anfitriones de los edificios de la calle San Miguel y
Cuchilleros. No son los únicos, porque, como ellos, hay numerosos edificios
que, sin saber muy bien por qué, comparte escapadas. Para finalizar, no podía
faltar una referencia a La Fábrica de Porcelanas del Retiro tenía una red de
galerías subterráneas que llegaba, ahora sí, a Atocha. Al menos, se le ha
seguido en pleno parque a 160 metros de túneles, que, en realidad, son el
alcantarillado. El entramado subterráneo fue construido en torno a 1765, seis
años después del inicio de las obras de construcción del edificio. Realidad o
leyenda, Madrid guarda aún muchos secretos por descubrir, todos secretos
subterráneos.
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