La cava de San Miguel tiene una lista amplia de mesones que en su interior, en sus bajos, albergan túneles comunicados entre sí. Se cree que algunas dependencias de estas cuevas fueron usadas por la inquisición como prisiones improvisadas para estancias cortas. El bandolero de cabecera de Madrid era el señor de Luis Candelas, que desde la Plaza Mayor y por toda esta zona asaltaba a damas y caballeros. Luis estuvo en la cárcel de Corte, hoy día palacio de Santa Cruz. Otro lugar que se utilizó como cárcel y que además posee cuevas y calabozos bien cuidados, se encuentra en el centro de mayores de Antón Martín, se trata de la Cárcel de la Corona. Su funcionalidad original fue la encarcelación de eclesiásticos que habían cometido delitos civiles, pero durante los siglos XVIII y XIX , se empezó a utilizar como cárcel para la inquisición, hasta su definitiva abolición en 1834. Después fue usada como almacén, cocheras y cuadras. Una parte de los calabozos, cuyas rejas daban a la calle, se transformó en el Bar Avapiés, hoy, también desaparecido. La estructura de las mazmorras es de ladrillo y pedernal, a los sótanos se llega por una escalera abovedada, una estrecha galería da acceso a los calabozos que, a su vez, están comunicados entre sí por pequeñas ventanas que permiten la comunicación, la ventilación de toda la galería es cruzada, lo que permite la renovación del aire con el exterior. El edificio fue cárcel del Santo Oficio hasta 1820 que es cuando fue abolido. En 1821, ocurrió un suceso luctuoso, la muerte del cura de Tamajón, Matías Vinuesa, encerrado por haber participado en una conjura contrarrevolucionaria. El 4 de mayo irrumpió el pueblo en la cárcel para lincharle y lo mataron salvajemente. El centro de Mayores Antón Martín está en el número 5 de la Calle de la Cabeza, que contiene otra leyenda de la que ya daremos cuenta. No es extraño escuchar voces y lamentos en este lugar, incluso hay quien dice que determinadas noches se escucha gentío alborotado pidiendo justicia. El subsuelo de Madrid, concretamente en la zona centro, está lleno de leyendas algunas aún por descubrir.
martes, 7 de diciembre de 2021
martes, 2 de noviembre de 2021
LEYENDA 48 LA MALDICION DE LA CALLE ANTONIO GRILO
Esta es sin duda la calle maldita de la capital, por excelencia, por goleada, la más comentada. Todo sucede en el número 3 de la calle Antonio Griló. El señor de la casa, sastre de profesión, avisa a su criada para que baje a la farmacia a comprar la medicina de la señora. Una pistola en el bolsillo del pijama. Un cuchillo de la cocina. Un martillo de la caja de herramientas. Las llaves del domicilio. Nuestro padre de familia cierra la casa a cal y canto. Desde ese momento no puede salir nadie de ella. El sastre se dirige a la habitación de matrimonio, aquella mañana de Domingo, su mujer duerme plácidamente tras los efectos de la medicación que habitualmente toma. Sin mediar palabra, comienza golpearla con el martillo. Su mujer despierta y comienza a gritar así como la niña de dos años, que dormía en su moisés, y que, acto seguido, muere a manos de su padre, degollada por el cuchillo de la cocina. Suena el teléfono, la vecina llama para ver si ocurre algo. Don José María , el sastre, escusa los gritos de su mujer ya muerta de un golpe certero. La criada vuelve de la farmacia, toca la puerta y abre nuestro asesino. Envía a la asistenta a por aspirinas. El sastre va directo a la habitación de sus dos hijos, José María y Juan Carlos. Comenzó por el benjamín, al que degolló sin remisión. Al grito del hijo pequeño, el hijo mayor despierta. Se levanta de la cama e intenta escapar. De un disparo certero Don José María acaba con la vida de su hijo. Con el ruido de la detonación, su hija mayor se despierta y a prisa corre a ver qué ha sucedido. Alertada, aturdida y con todo su miedo en el cuerpo corre hacia el baño para encerrarse. Pero su padre, más fuerte que ella, tira la puerta de una patada. Disparó a bocajarro sobre su hija alcanzándola en la yugular. Solo quedaba su hija Adela. La apuñalo sin piedad, no dejo apenas que respirara. Las fuerzas de seguridad entran y descubren el macabro escenario. Encuentran muerto de un disparo en la sien a Don José María. Su psiquiatra diagnostico un año antes, trastorno maniaco-depresivo, además de excitación y depresión. En el año 1945, la policía en esa misma dirección encuentra el cuerpo sin vida de Felipe breña, un camisero de Toledo que adquirió la vivienda. Fue asesinado con un candelabro. Tres años después, en el mismo edificio fue encontrado otro vecino con muerte violenta por un ajuste de cuentas. Y por si no fuera poco, Rufino Márquez, queda horrorizado al ver en su propio armario el cadáver de un bebe, colgado de una percha. Todo sucede en el mismo edificio, en el mismo lugar donde nuestro sastre asesino a toda su familia. A día de hoy, se siguen oyendo golpes, voces y gritos de lamento infantiles.
miércoles, 4 de agosto de 2021
LEYENDA 47 BREVES SOBRE MADRID I
Muchos lectores, en
diversas ocasiones, me han pedido que hablara en Madrid Histórico de Leyendas
por todos conocidas, o bien que merezcan su recuerdo. También me sugieren que
con carácter histórico, revise algunas urbanas, otras recientes, en definitiva,
que de modo breve, repase algunas historias de Madrid que se convirtieron en
Leyenda con el paso de los años. La primera que os vamos a mostrar, se refiere
a La cuesta de los ciegos. Esta historia la
situamos en una colina, que hoy es nada más y nada menos que la calle Segovia. Por ella
cruza su puente de la calle Bailen, llega al parque de las vistillas, y
ahí situamos el escenario de esta historia. Nos trasladamos al siglo XIII, y
como protagonistas encontramos a dos ciegos y un santo. Dice la leyenda que a
su paso por Madrid, San Francisco de Asís se cruzó con los invidentes. El
santo, sacó un recipiente con aceite y al ungir el líquido en sus ojos, los
ciegos volvieron a ver y no olvidaron nunca el rostro de San Francisco de Asís.
La siguiente historia breve la situamos En el siglo XVI, cerca de la calle
Callao, su transeúntes de repente ven a un rinoceronte corriendo despavorido.
Se comenta que lo trajeron unos feriantes. Un joven para gastar una broma le
dio un panecillo caliente que provoco que se quemara la boca y enfureciera.
Despedazo al joven y de camino en su huida mato a veinte personas más. El prior
de San Martin, expulso a los feriantes. Existe otra versión que alude a que el
rinoceronte fue un regalo al rey Felipe II del gobernador Portugués de Java.
Los madrileños al enterarse de las propiedades afrodisíacas de su cuerno lo
mataron con veneno y le robaron su apéndice. La tercera historia nos lleva a la mismísima puerta
del Sol. La casa de correos, edificio principal que fue
levantado a finales del siglo XVIII. El encargado de tal magna obra fue el
arquitecto originalmente el francés
Jacques Marquet. Pero el arquitecto predilecto de los madrileños era Ventura Rodríguez,
diseño la fuente de Cibeles o de Neptuno y fue quien continuó con las obras. Dicen, que
el mismo demonio se apareció para
defender al arquitecto francés. La insistencia de satanás con sus
apariciones fue tan desmesurada que hubo que contratar al cura de la parroquia
más cercana, para que bendijera el sitio. Hoy día en el siglo XXI hay gente que
dice ver al diablo.
viernes, 14 de mayo de 2021
LEYENDA 46 LA DESAPARECIDA CASA DEL DUENDE
Dicen que este lugar mitológico de Madrid se
encontraba entre las calles Duque de Liria y Mártires de Alcalá y que servía
como vivienda arrendada a los criados y personal del Rey en el siglo XVIII. En
el inmueble, se comenta que un grupo de inquilinos apostaban fuertes sumas de
dinero cada noche. El juego, y su descontrol sobre sus apuestas les llevó a una
acalorada discusión que se interrumpió cuando apareció en escena un ser barbudo
de reducido tamaño pidiendo silencio. Una vez superado el susto la
discusión siguió adelante. Pero en esta segunda ocasión la trifulca fue
interrumpida para siempre por siete enanos con garrotes que les propinaron una
dura e inesperada paliza. Los inquilinos huyeron sin volver a por sus
pertenencias. Más tarde, la casa fue comprada por la duquesa de Hormazas y
poco después de su mudanza se comenzó a extrañar por la desaparición de objetos
personales que literalmente se volatilizaban sin dejar rastro. Mientras
reprendía al servicio vio como aparecían cinco seres diminutos con las
pertenencias robadas en la mano. La marquesa, asustada, abandonó en ese mismo
instante el lugar y lo dejó abandonado hasta que pudo endosárselo a un cura de
nombre Melchor de Avellaneda. También se encontró con los duendes burlones, que
le vacilaban quitándole los hábitos. El clérigo, dejó el lugar a una lavandera
sin recursos que servía a una poderosa marquesa. Tras varios incidentes con los
duendes y una investigación en serio sobre el terreno, se trató de quemar el
lugar maldito al comprobar la supuesta veracidad de los hechos. Después de décadas
de abandono, cuando se produjo su demolición, los obreros explicaron que en el
sótano se habían encontrado una puerta que daba a una sala donde se encontraban
varios seres diminutos y ya decrépitos creando monedas. Algo que corrobora la
parte de la leyenda que decía que estos duendes imprimían su propio dinero que
distribuían de noche. Lo insólito es que todos los habitantes y visitantes de
la vieja casa tuvieron encuentros con esos duendes que habitaron este lugar
perdido en el tiempo. A día de hoy, no existe el inmueble, y se comenta que el
cineasta Madrileño Edgar Neville se inspiró en esta historia para crear su
película de 1947, la torre de los siete jorobados.
viernes, 5 de marzo de 2021
LEYENDA 45 EL PERRO EN LLAMAS DEL MONASTERIO DE EL PAULAR
La acción de
esta leyenda se sitúa en la sierra Madrileña, concretamente en Rascafria.
Colindante, cerca del puente del perdón, en el camino de la horca y la que
fuera residencia del verdugo local. Es y era una zona bosquejada con álamos
blancos. Hablo del monasterio del Paular y de los que fueron sus habitantes,
los monjes benedictinos. Su edificación data del 29 de Agosto de 1390. Por sus
habitaciones han morado Giner de los Ríos, Pio Baroja, El marqués de
Santillana, Jovellanos, o el mismísimo Rubén Darío. En sus habitaciones se
meditaba, se escribían versos, y el presidente de la república Manuel Azaña,
descanso varias noches. El Marqués de Lozoya lo catalogo como joya simpar, y el
monje benedictino Ildefonso M. Gómez en su libro “El Paular, poesía y leyenda”
enumera y desglosa vivencias, leyendas e historia. La literatura está muy ligada
a este lugar, tanto es así que en este sitió se fabrico y distribuyo el papel
en el que se imprimió la primera copia del ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha. Pero la historia que me cautivo y que llamo la atención es la que se
refiere a las obras de caridad que realizaban los monjes benedictinos. Todas
las mañanas, a primera hora abrían sus puertas para dar limosna y alimentos a
los mendigos. Uno de ellos un día llego tarde y quedo a las puertas sin
alimento, muriendo de hambre. Los monjes, infringiendo sus propias normas, lo
recogieron y dieron sepultura en el claustro. Durante varios días y semanas las
campanas que avisan las labores de los monjes suenan una hora antes. Todo
apuntaba a que era el espíritu del mendigo y decidieron sacarlo de allí y tirar
su cuerpo al estanque de la huerta. Desconcertados, las campanas volvieron a
sonar y uno de ellos estupefacto comprobó como un perro en llamas las hacía
sonar y cuando finalizaba, se dirigía a la que fue tumba del indigente. ¿Estaba
el mendigo condenado al infierno? No lo sabremos nunca probablemente, pero si
se sigue comentando que todos los días a las doce de la noche, en el patio
principal, se oyen los ladridos de un perro.
miércoles, 20 de enero de 2021
LEYENDA 44 LA EXTRAÑA NUBE DE PARLA
Esta leyenda ha salido a la luz en 2019. Sucedió en 1972, y su protagonista ha decidido contar que pasó después de tantos años, porque necesitaba exteriorizar y tener tranquila su mente y su consciencia. Les voy a hablar de una autentica leyenda reciente, acicate de este libro que recoge las milenarias, las centenarias y las sucedidas varias décadas atrás. Como dije al principio, sucede en la primavera de 1972, hace ya 48 años. Magdalena Maristegui y su marido, dormían tranquilos tras haber acostado a sus hijas, un día cualquiera. Una pareja joven, trabajadora, del pueblo Madrileño de Parla, que como muchas y tantas familias emprenden una vida en común. En mitad de su sueño, comienzan a sentir una presión muy fuerte en la cabeza, que provoca su desvelo, son despertados por algo extraño e inquietante. Se levantaron automáticamente y delante de ellos se postra una nube enorme, blanca. Quedan anonadados, hipnotizados, son presa de su presencia y su volumen. Tras unos segundos de incertidumbre, se levantan y siguen esa nube sin motivo aparente que les impulse a ello. Esa esfera desigual, se estrecha y sale por la puerta de la habitación de matrimonio, continua su camino por el pasillo de la casa y se queda quieta en el salón. Nuestra pareja protagonista, no puede hacer otra cosa más que seguirla, de manera involuntaria, solo hay un destino y un cometido, seguir a esa nube. La forma, sigue su camino hasta la terraza, atraviesa el cristal sin hacer ruido, sin abrir la ventana, sin dejar rastro tras de sí. Se quedó parada entre dos olivos, en mitad del descampado que quedaba frente a los edificios de viviendas, comenzó a expandirse hasta obtener forma de platillo, y se mantuvo unos minutos hasta acercarse a una ermita cercana para finalmente, desaparecer. Transcurridos unos minutos y con aturdimiento aún, el matrimonio se abrazó sin saber que había pasado, porque estaban tan hipnotizados, y porque nunca más han vuelto a ver esa nube que tanto les atrajo y que les obligo a seguir hasta su desaparición. Magdalena confirma que esa aparición fue muy similar a las que en otras ocasiones se avistan por carreteras desiertas en mitad de la noche.