martes, 2 de noviembre de 2021

LEYENDA 48 LA MALDICION DE LA CALLE ANTONIO GRILO

Esta es sin duda la calle maldita de la capital, por excelencia, por goleada, la más comentada. Todo sucede en el número 3 de la calle Antonio Griló. El señor de la casa, sastre de profesión, avisa a su criada para que baje a la farmacia a comprar la medicina de la señora. Una pistola en el bolsillo del pijama. Un cuchillo de la cocina. Un martillo de la caja de herramientas. Las llaves del domicilio. Nuestro padre de familia cierra la casa a cal y canto. Desde ese momento no puede salir nadie de ella. El sastre se dirige a la habitación de matrimonio, aquella mañana de Domingo, su mujer duerme plácidamente tras los efectos de la medicación que habitualmente toma. Sin mediar palabra, comienza golpearla con el martillo. Su mujer despierta y comienza a gritar así como la niña de dos años, que dormía en su moisés, y que, acto seguido, muere a manos de su padre, degollada por el cuchillo de la cocina. Suena el teléfono, la vecina llama para ver si ocurre algo. Don José María , el sastre, escusa los gritos de su mujer ya muerta de un golpe certero. La criada vuelve de la farmacia, toca la puerta y abre nuestro asesino. Envía a la asistenta a por aspirinas. El sastre va directo a la habitación de sus dos hijos, José María y Juan Carlos. Comenzó por el benjamín, al que degolló sin remisión. Al grito del hijo pequeño, el hijo mayor despierta. Se levanta de la cama e intenta escapar. De un disparo certero Don José María  acaba con la vida de su hijo. Con el ruido de la detonación, su hija mayor se despierta y a prisa corre a ver qué ha sucedido. Alertada, aturdida y con todo su miedo en el cuerpo corre hacia el baño para encerrarse. Pero su padre, más fuerte que ella, tira la puerta de una patada. Disparó a bocajarro sobre su hija alcanzándola en la yugular. Solo quedaba su hija Adela. La apuñalo sin piedad, no dejo apenas que respirara. Las fuerzas de seguridad entran y descubren el macabro escenario. Encuentran muerto de un disparo en la sien a Don José María. Su psiquiatra diagnostico un año antes, trastorno maniaco-depresivo, además de excitación y depresión. En el año 1945, la policía en esa misma dirección encuentra el cuerpo sin vida de Felipe breña, un camisero de Toledo que adquirió la vivienda. Fue asesinado con un candelabro. Tres años después, en el mismo edificio fue encontrado otro vecino con muerte violenta por un ajuste de cuentas. Y por si no fuera poco, Rufino Márquez, queda horrorizado al ver en su propio armario el cadáver de un bebe, colgado de una percha. Todo sucede en el mismo edificio, en el mismo lugar donde nuestro sastre asesino a toda su familia. A día de hoy, se siguen oyendo golpes, voces y gritos de lamento infantiles.




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