VOCES EN LA DISCOTECA ALCALA
20
De esta leyenda dan cuenta actualmente los turistas,
transeúntes que pasan por la zona, y los
trabajadores del teatro Cofidis Alcazar. Todo sucedió hace 38 años. El incendio de la discoteca Alcalá 20 fue un suceso acontecido en
la madrugada del 17 de diciembre de 1983 en la discoteca Alcalá
20, situada en el número 20 de la calle homónima de Madrid. Fallecieron 81 personas. Se encontraba en los bajos del Teatro
Alcázar. Repartía su espacio en tres plantas subterráneas que habían sido
remodeladas unos meses antes para dar un nuevo aspecto a un local que se
conocía con anterioridad como el Lido. Las obras habían afectado principalmente
a su decoración, con más de 5000 kilos de textiles, plásticos y cartón piedra. Su
aforo era de 900 personas si bien, al ser un local de moda de la movida
madrileña donde actuaban frecuentemente grupos de música, era habitual que lo
superara con creces. Aquella madrugada a las 4:45 de la mañana, a escasos
minutos de la hora prevista para el cierre del recinto, se declaró un incendio
en la última de las plantas subterráneas de la discoteca, donde se encontraba
la pista de baile. Una chispa generada por un cortocircuito encendió una de las
cortinas del local, que rápidamente se propagó aprovechando que los materiales
empleados en la decoración eran altamente inflamables. Las personas que aún
permanecían en el lugar se vieron sorprendidas por la intensa humareda que se
originó sin que el origen del fuego pudiera ser atajado. La falta de luz
eléctrica en un local con apenas iluminación exterior a esas horas de la noche,
dificultó apagar el fuego con los escasos medios disponibles y la huida
posterior. La primera opción de los que se encontraban en el local fue optar
por la salida principal, y si bien algunos lograron salir por ella, el acceso
rápidamente se colapsó dando lugar a avalanchas y atropellos. Los que optaron
por las salidas de emergencia se toparon en su mayoría con puertas clausuradas
que no les permitieron huir. Solo una, que daba a un vestíbulo situado en la
calle de Alcalá permitió también a varios jóvenes huir del fuego, aunque para
ello tuvieran que sortear unas verjas. Al llegar los bomberos, se encontraron con varias personas
tratando de rescatar a otras que pedían ayuda bajo una de las claraboyas
traslúcidas del local. Tras romperla se logró rescatar hasta quince jóvenes. Otras
doce personas más fueron encontradas con vida a medida que bomberos y policía
lograron entrar en la discoteca. Las labores de rescate duraron cerca de dos
horas. El incendio se saldó con 81 fallecidos. De ellos 31 murieron
directamente por culpa del fuego, 13 lo hicieron por inhalación de humo y 36
aplastadas o asfixiadas al tratar de huir. La última víctima no estaba en el
local ya que vivía en el edificio y perdió la vida al precipitarse al vacío
desde su terraza tratando de escapar del humo. Cuenta la leyenda que en algunas
noches sobre las 05:00 de la mañana, se oyen gritos pidiendo auxilio, lamentos
de jóvenes viendo próxima su muerte, y que esta secuencia se repite una y otra
vez como si estuvieran reviviendo ese momento de manera continua.